DELIRIOS VESPERTINOS (DICIEMBRE 1)

“¿Por qué eres así Poncho Clos? ¿Por qué no le trajiste una presidencia al santito de Chong? ¿Por qué te gusta jugarle al vivo si es una palomita de frutos, trabajador? Nomás habría que revisar su gestión durante su gobierno en Hidalgo para saber… ¡Hey! ¡Ahí está el Meade! …”
“Que si Meade es del PRI, que si no lo era, que si es empresario malo, que si es empresario malo malísimo, o si por ser malo es muy bueno, que si está requeté difícil su apellido… Lo único cierto es que ya tiene precandidato el PRI para competir (¿?) contra los demás partidos de oposición que claro está, no concuerda con la maravillosa forma de gobernar (superironía). Acá lo chistoso es que la misma mezcla ya se adelantó unos cuantos meses y allá en el gabacho ¿A poco creían que era así nomás el atole? Pos no mijitxs, que eso de moverlo tiene su chiste, tanto así que nuestro Trump a la mexicana ya está entre nosotrxs.”
“Meade no soluciona nada, ante todo, es un representante de la cúpula empresarial más dañina para los eventos que han sucedido en todo este tiempo: representa el atraso sistemático, el apogeo nuevamente de los tecnócratas y sus ansias por convertir en un fascismo disfrazado la fiesta de los pueblos donde al parecer, al gobierno mexicano le resulta más fácil mantener bonita y pechocha a la clase del billelle, es decir, a los empresarios, antes de luchar por cuestiones verdaderamente trascendentales en la vida nacional ¿A poco no saben ler?”
“Las elecciones del 2018 ya se sienten y se palman en el viento que recrudece en un sueño inhóspito bordado de falsas promesas, sueños irreales y de una contundente letargia de entre tantos candidatos, con firmas de estímulo, promesas de papel y palabras de cartón que entremezclan una profunda decepción de toda la clase política, incapaz de sacrificar sus privilegios por construir un mundo económico, político, social y cultural más adecuado a un proyecto de desarrollo de nación verdadera y no solo la simulación de una operación a ojos bien cerrados.”
“La ley de seguridad interior es el autoregalo de cumpleaños de un Estado que garantiza la protección de intereses particulares sobre la verificación de una repartición equitativa de los bienes. En palabras más reales; en esta ocasión Dios se ha marchado del territorio mexicano.”
“No es el despliegue de las fuerzas armadas para contener a la ola criminal (si es que esa palabra se usa en una generalidad ¿Por qué a la clase política en su conjunto no se le persigue?) la respuesta más eficiente para detener una guerra ilógica cuya única ganancia ha sido a través del miedo, de estupefacientes, de los arreglos que permite la corrupción, el burocratismo y la tecnocracia. Se trata de un proyecto del despojo, como excelsa de un fascismo construido bajo las leyes muy a la mexicana y muy a lo siglo XXI, donde la criminalidad y sus consecuencias se han naturalizado en una gran parte de la cultura mexicana. Es lo que ha dejado a toda una nación y su ley de seguridad un arma de doble filo: por una parte una “disculpa y la redención de lo que no han hecho (aunque sea una simulación) y de segunda mano, el control y coerción ante el grave descontento que ha llevado a varias demandas ante la CIDH donde se ha observado ante el panorama internacional la poca importancia del Estado mexicano ante temas tan importantes como la vida misma.”
“Y este contubernio de la legalidad-ilegalidad terminan por ser los pueblos y su historia la que verdaderamente se encuentra en un estado de peligro por su autonomía, identidad y facultad de ejercer su propio derecho a vivir de la manera en que mejor se acople a sus necesidades; leyes internas que permitan una inclusión dentro de un aparato estatal desde donde las estructuras muestran poco o nada o, en la mayoría de las situaciones absolutamente nada de empatía por los hechos que marcan hitos de avance. Si la propuesta fuera que ante cada partido su propia lógica liberara a la sociedad de vivir bajo el yugo de la corrupción, entonces esta tendría una mayor adquisición en tanto que fuera algo verificable, capaz de inferir en la realidad. Sin embargo, esos programas se encuentran diseñados para cumplir campañas postelectorales cuya validez es después de un par de meses, delegando para la desmemoria al grupo fundamental de los más vulnerables entre la población. Allí, bajo ese concepto las palabras de Marichuy, del CIG, adquieren una mayor relevancia al 1) visibilizar las carencias a nivel internacional y 2) Al desarrollar y promover la organización como una forma moderna de contraponer intereses particulares a sociales y volver al sujeto de un simple actor al de un agente de transformación social. En ese sentido, la política mexicana, en la praxis se encuentra diametralmente arrebasada por quienes han sido catalogados como los vándalos del pensamiento.”